Pont i4

Dos quarts i mig de vuit

Havia dit que no escriuria més per avui, però la temptació de sentir el frec de la ploma al damunt del paper és massa forta.

El foc és viu i el silenci regna al món. Llegeixo al meu Gibbon:

"La superstición del pueblo no estaba envenenada por ninguna mezcla de rencor teológico ni tampoco se encontraba confinada por las cadenas de ningún sistema especulativo. [...] Las deidades de miles de bosquecillos y miles de ríos disfrutaban sin discusión de la influencia local que les correspondía; por otra parte, el romano que suplicaba al Tíber para aplacar su cólera tampoco podía ridiculizar al egipcio que realizaba ofrendas al benéfico Nilo. Los poderes visibles de la naturaleza, los planetas y los elementos eran los mismos en todo el universo.[...] Tan afable era el talante de la Antigüedad que, en su adoración religiosa, las naciones se mostraban menos atentas a las diferencias que a las semejanzas. Los griegos, los romanos y los bárbaros, cuando se encontraban ante sus respectivos altares, se convencían con facilidad de que, bajo los diversos nombres y las distintas ceremonias, adoraban a las mismas deidades. La elegante mitologia de Homero dio una forma bella y casi armónica al politeísmo del mundo antiguo." (Gibbon, 55-56)

Les flames m'hipnotitzen. Em penso en una sala amb prestatgeries atepeïdes de libres fins al sostre, una llar encesa, un sofà de cuir, una taula de caoba i una cadira de fina factura, un faristol amb un exemplar de la Ilíada. Pels finestrals, més aviat portes, flanquejades de pesades cortines, s'albira un prat que s'estén, suau, sota filagarses de boira. La catifa esmorteix qualsevol so de passes ... Un bell miratge per un text del segle XVIII.

GIBBON, Edward. Historia de la decadencia y caída del Imperio romano. Barcelona, 2007 (3). Debolsillo.

Ribera de Cardós (Pallars Sobirà) vista des de la finestra "de casa"